El modelo McDonalds y el modelo Google
En 1985 Michael Gerber escribió el libro The E-Myth donde explicaba el éxito de empresas como McDonald's o Burger King. McDonald's ha creado una receta para montar negocio muy rentable, que es repetible por cualquiera, y la ha comercializado en forma de franquicia. McDonald's tiene éxito porque puedes ir a Torrelodones, a Münich o a Melbourne, pedir un Big Mac, y en los tres sitios obtendrás prácticamente el mismo producto.
Que un Big Mac sepa bien -o no, según el gusto- no depende de la pericia del cocinero. McDonald's ha conseguido destilar la receta del Big Mac en una serie de pasos exactos que no dan lugar a fallo: la carne se compra aquí, se hace durante tantos segundos y los ingredientes de la salsa son estos. Todo está especificado al milímetro para que el cocinero sólo tenga que seguir unos pasos sencillos para hacer un Big Mac. Si mañana el cocinero se va a trabajar a otro sitio, no es ningún problema porque es fácil encontrar a otro que haga exactamente el mismo trabajo. Y los Big Macs seguirán sabiendo igual. En McDonald's cualquiera es prescindible.
A gran parte del público no le gustan las sorpresas y ese el motivo de que McDonald's tenga tanto éxito: puede que la comida no sea gran cosa, pero cuando vas, sabes exactamente lo que te espera. No hay sorpresas.
Las franquicias suelen emplear este modelo de negocio: empaquetar un negocio que funciona y es reproducible y venderlo a cambio de una parte de los beneficios. Es un negocio rentable que ha permitido a empresas como McDonald's crecer hasta el infinito y más allá.
Pero lo que sirve para vender comida rápida no tiene por qué servir en otros campos como la informática. Pensemos, por ejemplo, en Google: Google no se dedica a contratar empleados para realizar un trabajo que podría hacer cualquiera, sino que hace justo lo contrario: contrata a gente muy especial, de la inmensa minoría más brillante y les encarga -o les permite crear- productos revolucionarios. Cualquiera no puede hacer un Gmail o un Google Maps, y si no fuera por el talento de gente como Paul Buchheit -el creador de GMail- o los hermanos Rasmussen -creadores de Google Maps y Google Wave- no existirían estos productos. El éxito de Google depende de que tenga trabajando en sus filas a las mentes más brillantes..
Google y McDonald's son dos casos extremos, pero entre ellos hay un espectro continuo de empresas que valoran más o menos la iniciativa de sus empleados; más parecidas a Google o a McDonald's.
En España, por ejemplo, no es raro ver consultoras que se empeñan en aplicar el modelo McDonald's a la informática. Intentan crear un modelo de negocio basado en productos de baja calidad y en legiones de empleados, a los que pagan poco y forman menos, y que son completamente prescindibles. Dicen: vamos a desarrollar este core para que después las vistas, o los módulos, los jsp o lo que sea, se puedan hacer en una software factory. Es una manera de decir: vamos a hacer un producto que cualquiera pueda desarrollar, vamos a hacer que tus empleados sean prescindibles, vamos a inventar el BigMac-JSP.
Creo que en un campo como la informática, donde ser innovador es una ventaja enorme, esta estrategia tiene las patas muy cortas. Puede servir para crear productos chapuceros que funcionan si no eres demasiado exigente, pero nunca servirá para crear un producto de calidad. Así nunca se creará un producto memorable.
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