Flujo, la psicología de la experiencia óptima

Tras décadas dedicado a estudiar los estados en los que las personas alcanzan su máximo potencial, Mihaly Csikszentmihalyi publicó en el año 1990 su libro, Flow: The Psychology of Optimal Experience. El libro se basaba en cientos de entrevistas y decenas de estudios que indican que las personas son más felices cuando alcanzan un estado de alta concentración que Csikszentmihalyi llamó Flow -flujo o fluir-. Si alguna vez habéis estado enfrascados en una tarea tan sumamente interesante que habéis perdido la noción del tiempo y habéis "vuelto a la realidad" horas después, satisfechos pero cansados y hambrientos, seguramente os suene esta sensación.

Pero para entender mejor qué es un estado de flujo, quizá sea conveniente analizar antes el estado justamente opuesto: lo que Csikszentmihalyi llama entropía psíquica. Un estado de entropía psíquica es aquel en el que no hay ningún orden en la conciencia, en el que los pensamientos aparecen y desaparecen caprichosamente sin que podamos controlarlos. Es lo que ocurre cuando te vas a la cama dándole vueltas a algo que te preocupa. Lo mejor sería olvidarte del asunto para poder dormir tranquilo y mañana, con la cabeza más despejada, ver qué se puede hacer para solucionarlo. Pero es inútil, porque cuando te encuentras muy preocupado, los pensamientos tienen vida propia y no podemos controlarlos.

La entropía psíquica es un estado muy desagradable que suele estar relacionado con otros problemas como la inseguridad, la depresión o la ansiedad y que, de repetirse con frecuencia, puede hacer muy infelices a las personas.

El opuesto a la entropía psíquica es el estado de flujo. Cuando la mente fluye, uno se siente completamente atento y en control de sí mismo, despreocupado y con una agradable sensación de estar haciendo lo correcto. Todo toma sentido y los problemas que nos encontramos parecen apasionantes desafíos a los que nos enfrentamos con gusto, no amenazas hacia nuestro bienestar o seguridad personal.

El estado de flujo ha sido descrito, esencialmente de la misma forma, por personas dedicadas a empresas completamente distintas. Cuando se les pregunta a cirujanos, corredores de fondo, marineros, escritores, escaladores, jugadores de ajedrez o trabajadores de una cadena de montaje cuáles son las condiciones en las que se sienten más felices y realizados, todos describen un estado similar al que Csikszentmihalyi denomina flujo. La actividad en concreto parece no tener demasiada importancia. Algunas personas pueden alcanzar un estado de flujo navegando en solitario alrededor del mundo y otras negociando un contrato o en una reunión social. La actividad que le permite a cada uno alcanzar un estado de flujo depende de su personalidad: lo que a un jugador de ajedrez le parece emocionante puede parecerle mortalmente aburrido a un atleta profesional. Y viceversa.

Aún así, Csikszentmihalyi identificó algunas de las condiciones o características del estado de flujo.

  • La tarea debe tener unos objetivos claros y la persona que la realiza debe conocerlos perfectamente y tener muy claro que se está acercando a ellos. Cuando te encuentras en un estado de flujo tienes la sensación de que estás haciendo las cosas bien y que conseguirás lo que te propones.

  • La tarea a realizar debe suponer un desafío para la persona que la realiza. Es difícil entrar en un estado de flujo sentado en el sofá tratando de respirar. Eso es tan fácil que resulta aburrido.

  • Al mismo tiempo, debe ser una tarea al alcance del que la realiza. Si la tarea es demasiado difícil, la persona tendrá dudas acerca de su capacidad, sentirá ansiedad y esto hará imposible que se alcance un estado de flujo.

El estado de flujo es por su propia naturaleza, algo inestable que requiere un ajuste constante para alcanzar el equilibrio perfecto entre demasiado fácil y demasiado difícil. Cuando empezamos a jugar al tenis, el darle a la bola y pasarla por encima de la red puede parecer todo un desafío. Pero al cabo de poco tiempo, lo que antes nos parecía un desafío se vuelve una tarea trivial y debemos ensayar nuevos golpes o enfrentarnos a rivales más difíciles para no aburrirnos. Buscar el estado de flujo conlleva inevitablemente la mejora de nuestras habilidades y la búsqueda de nuevos desafíos.

Lo más interesante del estado de flujo es el papel que desempeña en la capacidad de muchas personas para ser felices. Diversos estudios parecen indicar que algunos factores como el dinero tienen, en realidad, un papel relativo en nuestra felicidad. El dinero, por ejemplo, es importante cuando tenemos poco -igual que la comida es muy importante cuando te mueres de hambre-, pero cuanto más dinero tenemos menos influye éste en nuestra felicidad. Para los niveles de poder adquisitivo de los que disfrutamos en los países desarrollados, existen factores mucho más importantes que el dinero que determinan nuestra felicidad. En cambio, disfrutar de estados de flujo hace que una persona se sienta más segura de sí misma, menos ansiosa y más feliz.

Tras tantos estudios y discusiones filosóficas, el secreto de la felicidad no parece tan secreto: se trata, tan sólo, de disfrutar con lo que se hace.

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